LA OBRA DE PUBLICACIÓN
EN EL RECOBRO DEL SEÑOR

Gracias a la comunión que sostuvo el hermano Lee con nosotros durante muchos años, hemos tenido claro por mucho tiempo que entre nosotros debe existir una sola obra de publicación. La existencia de una sola obra de publicación no solamente constituye un testimonio de nuestra unidad en el Cuerpo, sino también una salvaguardia del único ministerio en el recobro del Señor. Si nuestra obra de publicación no fuese una sola, resultaría imposible conservar la integridad del ministerio del Señor entre nosotros, lo cual es de crucial importancia para que la unidad entre las iglesias locales sea guardada en términos concretos. El hermano Lee nos compartió esta palabra de testimonio sobre este asunto que es tan crucial en el recobro del Señor:

Cuando estuvimos en China, solamente existía la obra de publicación del hermano Nee, y el Gospel Room [Casa de publicaciones evangélicas] era de él exclusivamente. Él me pidió que le ayudara en la obra de publicación, y yo escribí algunos libros, entre los cuales había uno sobre la genealogía de Cristo, así como una traducción de una parte de Earth’s Earliest Ages [Las primeras eras de la tierra] de Pember, y otros libros sobre el reino de los cielos. Yo nunca publiqué nada por mi propia cuenta, sino que siempre enviaba una copia de mi manuscrito al Gospel Room, que estaba a cargo del hermano Nee y de su ayudante. Era a juicio de ellos si mi manuscrito debía ser publicado o no. Siempre me gustaba que revisaran mis manuscritos para ver si había alguna inexactitud en cuanto a la verdad. No es una tarea insignificante escribir un libro que explique el reino de los cielos. Así que, me gustaba que mi material fuera revisado por ellos. Esto me fue de gran ayuda y me brindó protección. El hermano Yu, el oculista, tradujo algunos libros de los místicos, pero no publicó nada. En aquel entonces sólo hubo una sola obra de publicación. Todo lo que se publicaba procedía del Gospel Room del hermano Nee, ya que entendíamos que publicar literatura equivalía a dar el sonido de trompeta al pueblo de Dios. No sólo se está tocando la trompeta cuando se dan mensajes, sino aun mucho más cuando se publica literatura. (Elders’ Training, Book 8: The Life-pulse of the Lord’s Present Move [Adiestramiento para ancianos, tomo 8: El pulso vital del mover actual del Señor], págs. 161-162. Véase el contexto de esta cita en los extractos de las publicaciones del ministerio.)

En conformidad con la práctica establecida por el hermano Nee en China, esta única obra de publicación, este único sonido de trompeta, siempre ha sido producido, en términos prácticos y concretos, por una sola empresa de publicaciones: en tiempos del hermano Nee, esto se hizo mediante Gospel Room [Casa de publicaciones evangélicas]; en tiempos del hermano Lee, poco después que éste emigrara de China, esto se hizo mediante Taiwan Gospel Book Room [Casa de publicaciones evangélicas de Taiwán]; y durante los años en que el hermano Lee estuvo en Estados Unidos, esto se realizó mediante Living Stream Ministry. Por lo tanto, hoy nosotros tenemos que dar continuación a esta práctica con toda diligencia y hacer sonar la trompeta de una manera concreta a través de una sola obra de publicación, mediante el servicio de publicación realizado por Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room. Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room publican tanto el ministerio de años pasados que nos fue impartido por el hermano Nee y el hermano Lee así como el hablar actual, vigente y actualizado que procede de la comunión del grupo de colaboradores compenetrados, el cual se basa en los materiales del ministerio del hermano Lee y el hermano Nee. Éstos son los materiales que han sido utilizados con regularidad en la vida de iglesia en el recobro del Señor, y ellos constituyen la única obra de publicación existente entre nosotros hoy.

Mientras el hermano Lee estuvo entre nosotros, lideraba tanto con respecto al ministerio como en lo relacionado a la obra de publicación. Al mismo tiempo que impartió el ministerio del Señor a las iglesias, dirigía a Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room en la labor de publicación de aquel ministerio entre todas las iglesias a fin de que los santos de toda la tierra pudiesen mantenerse al día en su comunión con el único ministerio. Debido a que el ministerio fue transmitido originalmente en inglés o en chino, él formó Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room para que fueran oficinas que tuvieran a su cargo el servicio práctico de difundir el ministerio a las iglesias mediante las publicaciones. Hoy en día, por la misericordia del Señor, el ministerio continúa avanzando. Ahora, este ministerio está siendo llevado a cabo por un grupo de co-esclavos que sirven de forma compenetrada según la comprensión que tuvo el hermano Lee y la correspondiente comunión que transmitió poco antes de que fuera a la presencia del Señor. Él dijo que esta manera de dar continuación al ministerio constituía “la provisión soberana del Señor para Su Cuerpo, y también la manera actualizada de llevar a cabo Su ministerio” (A Letter of Fellowship with Thanks [Una carta de comunión y agradecimiento], 24 de marzo de 1997). Es importante hacer notar que el hermano Lee habló específicamente con respecto a la manera en que debía darse continuación al ministerio entre nosotros. Según su sentir, después de su partida el ministerio debía llevarse a cabo por un grupo de colaboradores mutuamente compenetrados, de la misma manera en que su propio servicio en el ministerio estuvo bajo la dirección de su coordinación con los colaboradores. Más aún, subsiste la necesidad de continuar la obra de publicación de este ministerio, el cual continúa vigente, y es a fin de atender a esta necesidad que tanto Living Stream Ministry como Taiwan Gospel Book Room —los cuales son servicios realizados de manera compenetrada bajo la dirección de un grupo de hermanos compenetrados— continúan publicando aquello que el Señor sigue hablando en nuestro medio en cada una de las siete “fiestas” anuales así como en las reuniones semanales del ministerio. En una reunión en la que estuvieron presentes los hermanos a quienes él encomendó la responsabilidad de Living Stream Ministry, el hermano Lee dijo: “Mi carga y preocupación es por el recobro, esto es, la obra de recobro que está basada en la interpretación provista por el hermano Nee y por mí. Yo soy la continuación del hermano Nee y quisiera que también otros sean mi continuación; para ello se requiere una corporación ... Living Stream es la corporación que dará continuación a este ministerio” (extraído de las notas inéditas de una reunión celebrada en las oficinas de Living Stream, el 12 de julio de 1996). Así pues, el hermano Lee encomendó la dirección de esta corporación —cuya finalidad es dar continuación al ministerio y realizar la obra de publicación de dicho ministerio— a un grupo de hermanos compenetrados, los cuales laboran delante del Señor para cumplir con este encargo.

La labor que tanto Living Stream Ministry como Taiwan Gospel Book Room realizan, tal como lo establece la escritura de constitución de Living Stream, consiste en “promover la iluminación y la revelación con respecto a la Biblia tal como ésta es interpretada por las enseñanzas de Watchman Nee y Witness Lee”. Era el deseo manifiesto del hermano Lee que Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room fuesen los únicos encargados de publicar su ministerio y el del hermano Nee. En conformidad con lo expresamente deseado y dispuesto por nuestro hermano, tanto Living Stream Ministry como Taiwan Gospel Book Room son los responsables de publicar lo ministrado por estos dos hermanos y, por ende, cualquier uso de los materiales del hermano Lee así como de The Collected Works of Watchman Nee [Recopilación de los escritos de Watchman Nee] deberá realizarse en coordinación con Living Stream Ministry y con Taiwan Gospel Book Room y únicamente con el expreso permiso de estos organismos, en conformidad con las pautas establecidas por ellos así como con la debida comunión con ellos. Esto incluye la traducción de dichos materiales a cualquier idioma así como la reedición de tales publicaciones en cualquier forma o medio. Además, Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room se encargan de publicar el ministerio actual en el recobro del Señor, que no es otra cosa que la continuación del ministerio de estos dos hermanos. El ministerio que continúa actualmente es ejercido en conformidad con la comunión de estos colaboradores compenetrados y se basa en bosquejos que, a su vez, son compilaciones de los materiales del ministerio del hermano Lee y el hermano Nee. Tal como resulta evidente para todos los santos en todo lugar, esta labor produce el mismo ministerio con el mismo sabor que ha sido disfrutado en todas las iglesias aun desde los días del hermano Nee. El hablar actual entre nosotros se halla publicado principalmente en los bosquejos de los mensajes producidos con ocasión de las siete “fiestas” anuales, en La palabra santa para el avivamiento matutino, en la revista The Ministry [El ministerio] que periódicamente publica Living Stream Ministry y en las correspondientes publicaciones producidas por Taiwan Gospel Book Room. Además, Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room publican obras que apoyan el ministerio del Señor. Dentro de esta última categoría hay una serie de publicaciones a las cuales el propio hermano Lee dio inicio, entre las cuales la que más se destaca es la revista Affirmation & Critique [Reafirmación y Crítica], que presenta las verdades del recobro del Señor —tal y como nos fueron presentadas por el hermano Lee— a una audiencia que ha recibido adiestramiento académico. En la medida de lo posible, Living Stream Ministry y Taiwan Gospel Book Room evitan incursionar en la producción de otro tipo de publicaciones, pero, siguiendo el ejemplo del propio hermano Lee, en ciertas ocasiones Living Stream Ministry o Taiwan Gospel Book Room decidirán producir publicaciones de esta categoría ya sea bajo sus propios nombres o bajo otros nombres, en ediciones especiales, para atender a alguna necesidad particular. Por ejemplo, Living Stream Books [Libros Living Stream] (en vez de Living Stream Ministry) publica el libro titulado: God’s Plan of Redemption [El plan de redención de Dios] por Mary E. McDonough, y A&C Press [Ediciones A&C] publica una traducción del francés de un estudio teológico sobre el tema de la deificación en la iglesia primitiva.

En ocasiones es posible que algunos de los escritos que circulan entre nosotros sean tomados en cuenta para ser publicados como parte de la única obra de publicación. Tal como el hermano Lee indica en la cita que presentamos al inicio de esta sección, tomada del libro 8 de Elders’ Training [Entrenamiento para ancianos], tales propuestas deberán ser debidamente examinadas para ver “si [hay] alguna inexactitud en cuanto a la verdad”. Siempre se debe emplear el debido discernimiento al hablar sobre asuntos relacionados con las verdades divinas, la vida divina y el evangelio. Hacer uso de tal discernimiento no solamente sirve para proteger la calidad de la enseñanza entre nosotros así como del suministro espiritual que es impartido a los santos, sino que también constituye una gran ayuda y una gran protección para aquellos que se esfuerzan por escribir sobre estos asuntos. Por tanto, es muy apropiado que quienes se esfuerzan por escribir sobre tales asuntos sometan su labor al escrutinio de aquellos que están en el liderazgo en el ministerio así como a quienes están en el liderazgo respecto a la obra de publicación; asimismo, aquellos que participan en dicho liderazgo deberán discernir si tales propuestas deberían ser publicadas como parte de la única obra de publicación. Ésta era la práctica adoptada por el hermano Nee mientras lideraba el ministerio y la obra de publicación en China, y ésta fue nuestra práctica mientras el hermano Lee lideraba el ministerio y la obra de publicación entre nosotros. Ésta debe ser nuestra práctica también hoy. Por tanto, aquellos que desean escribir de este modo, deben someter sus propuestas al escrutinio y consideración de los colaboradores compenetrados así como de Living Stream Ministry y de Taiwan Gospel Book Room a fin de que sus propuestas sean examinadas para determinar si deben ser publicadas o no. Desde todos los ángulos, esta práctica de hacer examinar cuidadosamente y someter al debido discernimiento todo cuanto deseemos publicar es la más adecuada tanto para nosotros mismos como para hacer sonar la única trompeta en el recobro del Señor hoy.

Todos debiéramos comprender que es un asunto muy serio tener una sola obra de publicación en el recobro del Señor. Todo aquel que tome parte en ella deberá poseer una porción que verdaderamente le haya sido asignada por el Señor, la cual deberá ser fácilmente reconocida por las iglesias y confirmada por los que toman la delantera tanto en el ministerio como en la obra de publicación. Ninguno de su propia cuenta puede suponer que tiene esta función en el recobro del Señor. Si bien es cierto que todos tenemos el derecho básico de publicar, en el recobro del Señor todos somos gobernados por una visión más elevada, la cual consiste en servir bajo la restricción de la cruz y de una manera compenetrada en el Cuerpo, especialmente cuando ello afecta a las iglesias y a los queridos santos en todo lugar. Desde los días del hermano Nee, nosotros en el recobro del Señor nos hemos “restringido a una sola obra de publicación” (Elder’s Training, Book 8 [Entrenamiento para ancianos, libro 8], pág. 161), y esto ha hecho posible que tengamos un solo testimonio entre nosotros. Por décadas todos hemos sido ricamente nutridos y abastecidos por una sola obra de publicación. Sería muy difícil negar todos los beneficios que hemos recibido al restringirnos a una sola obra de publicación.

Pero el hecho de que nos hayamos restringido a una sola obra de publicación no quiere decir, y jamás quiso decir, que las iglesias individualmente no tengan libertad para producir y distribuir el material requerido para atender a las necesidades locales. Entre nosotros siempre ha habido publicaciones de este tipo y, en general, no se han suscitado problemas con relación a tales publicaciones. Desde hace mucho, entre nosotros se han producido una serie de cancioneros, folletos, bosquejos para reuniones de la iglesia, testimonios, etc., sin que ello suscite controversia alguna. En realidad, estos materiales no forman parte de la única obra de publicación entre nosotros debido a que tales materiales no circulan en todas las iglesias. Éstas son publicaciones que atienden a las necesidades locales. Sin embargo, podrían suscitarse problemas si estas publicaciones de carácter local así como temporal adquirieran un status geográfico más amplio. Más aún, es particularmente problemático cuando se hace uso de tecnología moderna, como en el caso de la Internet, para distribuir estas publicaciones locales. Los ancianos deben tener especial cuidado y asegurarse de que aquello que es producido por su iglesia local permanezca dentro del ámbito local; de otro modo, esto podría ocasionar perjuicio. Si bien la tecnología actual facilita la diseminación de cualquier material, no debiéramos usar esta tecnología si se corre el riesgo de causar confusión entre los santos y de menoscabar la unanimidad entre las iglesias. Los ancianos y los santos en todo lugar debieran tener el mismo cuidado que el manifestado por el hermano Lee cuando, refiriéndose a la única obra de publicación en China, declaró lo siguiente: en el recobro del Señor todos los santos y todas las iglesias en todo lugar debieran, de igual manera, restringirse a una sola obra de publicación.

Hoy en día la tecnología ha hecho posible que prácticamente cualquier persona publique lo que él o ella desee, y ciertamente los hermanos responsables en el recobro del Señor no debieran tener la intención de negarles a los individuos su derecho a expresarse (por supuesto, a menos que tales expresiones sean pecaminosas, heréticas o causen división). Algunos santos tienen el deseo de redactar obras sobre la historia de la iglesia, de producir materiales para niños, de grabar música e, incluso, de dar y publicar mensajes. No se requiere de mayor esfuerzo para reproducir tales materiales en una gran variedad de formas y para distribuirlos ampliamente, especialmente por medio de la Internet así como por medio de discos compactos y DVD. Pero el simple hecho de que estas publicaciones puedan ser producidas y distribuidas no quiere decir que las iglesias deban dar a estas publicaciones más crédito que el que dan a cualquier otra publicación que se propaga en nuestros días, sean éstas de carácter secular o religioso. Éstas simplemente son otras publicaciones por las cuales nuestros hermanos o hermanas pueden o no manifestar interés. Tales publicaciones no forman parte de la única obra de publicación que se realiza en el recobro del Señor, y ellas no son necesariamente beneficiosas para el bienestar espiritual de los santos que se reúnen con nosotros. Las iglesias, por medio de los ancianos, deben ser educadas para comprender esto, y es menester que los santos y las iglesias sepan discernir por sí mismos qué valor tienen tales publicaciones. Los ancianos en todo lugar, por ser pastores del rebaño de Dios (1 P. 5:2), deben manifestar el debido cuidado por las iglesias con respecto a las publicaciones que circulan en nuestro medio, y deben resguardar el rebaño de todo aquello que pueda causarle algún daño (Hch. 20:28-29). Siempre y cuando las iglesias no se conviertan en una plataforma desde la cual se promueva la propagación de estas publicaciones, tales publicaciones no debieran convertirse para nosotros en asuntos problemáticos.

Por último, todas las iglesias y los santos en todo lugar debieran entender que el asunto de que haya una sola obra de publicación no es algo relacionado con la común fe, sino que está directamente relacionado con el único ministerio en el recobro del Señor. El ministerio cumple la función de hacer sonar la trompeta entre los que estamos en el recobro del Señor, y no debiera haber un sonido incierto de trompeta entre nosotros, tal como el hermano Lee lo dijo en diversas ocasiones. Sin embargo, la única obra de publicación no debiera convertirse en la base que determine si aceptamos o rechazamos a persona alguna respecto a participar en la comunión de la fe o en la comunión entre las iglesias; es decir, no es un asunto sobre el cual debamos insistir como si se tratara de un artículo de la fe. Si alguien prefiere no restringirse a una sola obra de publicación, tal persona sigue siendo nuestro hermano; todavía está en las iglesias locales auténticas. A manera de conclusión quisiéramos citar las siguientes palabras de nuestro hermano Lee y desearíamos recomendar que lean todo el contexto de estas palabras, el cual se encuentra en el libro Elders’ Training, Book 7: One Accord for the Lord’s Move [Entrenamiento para ancianos, libro 7: La unanimidad requerida para el mover del Señor], págs. 74-75:

La autenticidad de una iglesia local no está determinada por si recibe o no este ministerio. El título de este mensaje no es: “Al hacer sonar la trompeta en el recobro del Señor, ella no debe dar un sonido incierto”, sino que el título es: “Al hacer sonar la trompeta en el ministerio del Señor...”. Así pues, no estoy hablando del recobro del Señor, sino específicamente del ministerio del Señor...

Tengo que ser fiel al Señor, fiel a tantos de ustedes que han sido grandemente influenciados por este ministerio e, incluso, tengo que ser fiel a mí mismo. Por esta razón, este ministerio no puede permitir que algunos pretendan estar en él y, aun así, enseñen algo diferente. No estoy pidiéndoles, en manera alguna, que abandonen su iglesia local, ni tampoco quiero decir que su iglesia local no sea más una iglesia local; más bien, estoy procurando tener comunión con ustedes sobre el impacto que ejerce este ministerio en la lucha que sostiene por los intereses del Señor en Su recobro.

Los colaboradores compenetrados en el recobro del Señor
30 de junio del 2005

Extractos de las publicaciones del ministerio

RESTRINGIRNOS A UNA SOLA OBRA DE PUBLICACIÓN

Algo que ha generado problemas en el recobro del Señor ha sido el hecho de que tenemos diferentes obras de publicación. Si realmente hemos tomado en serio el recobro del Señor, debemos evitar involucrarnos en cualquier clase de problema. Cuando estuvimos en China, solamente existía la obra de publicación del hermano Nee, y el Gospel Room [Casa de publicaciones evangélicas] era de él exclusivamente. Él me pidió que le ayudara en la obra de publicación, y yo escribí algunos libros, entre los cuales había uno sobre la genealogía de Cristo, así como una traducción de una parte de Earth’s Earliest Ages [Las primeras eras de la tierra] de Pember, y otros libros sobre el reino de los cielos. Yo nunca publiqué nada por mi propia cuenta, sino que siempre enviaba una copia de mi manuscrito al Gospel Room, que estaba a cargo del hermano Nee y de su ayudante. Era a juicio de ellos si mi manuscrito debía ser publicado o no. Siempre me gustaba que revisaran mis manuscritos para ver si había alguna inexactitud en cuanto a la verdad. No es una tarea insignificante escribir un libro que explique el reino de los cielos. Así que, me gustaba que mi material fuera revisado por ellos. Esto me fue de gran ayuda y me brindó protección. El hermano Yu, el oculista, tradujo algunos libros de los místicos, pero no publicó nada. En aquel entonces sólo hubo una sola obra de publicación. Todo lo que se publicaba procedía del Gospel Room del hermano Nee, ya que entendíamos que publicar literatura equivalía a dar el sonido de trompeta al pueblo de Dios. No sólo se está tocando la trompeta cuando se dan mensajes, sino aun mucho más cuando se publica literatura.

Me disgusta mucho ver que algunos hermanos procuren publicar algo copiando mis ideas y añadiendo su propio “condimento” y “color”. ¿Qué necesidad habría para que publicaran algunos de los asuntos abordados en mis escritos de esa manera? El hermano Nee nos enseñó acerca del reino de los cielos. Yo recibí el conocimiento básico de su enseñanza, pero él nunca profundizó mucho en ella; lo único que hizo fue darnos un esquema general. Fui yo quien, a partir de 1936, comencé a desarrollar el esquema que habíamos recibido del hermano Nee. Después de que publiqué mi exposición, el hermano Nee expresó su admiración y me dijo personalmente que había hecho un buen trabajo.

Espero, hermanos, que algunos de ustedes desarrollen mis mensajes y hagan una exposición de cada uno de ellos. No compartan sobre algunos de los temas de mis mensajes, añadiéndoles el “color” y “condimento” propio de ustedes. Esto cambiará el sabor y, además, arruinará mis mensajes. Ustedes deben llegar a ser capaces de profundizar en todas estas cosas. No soy una persona estrecha. Yo quisiera que todos ustedes lleguen a ser grandes siervos que sean usados por Dios. Eso sería maravilloso. Pero no quisiera ver que algunos simplemente repitieran lo que yo ya he dicho, pretendiendo que es su propia obra con su propio condimento y color.

Me preocupa en gran manera que algunos hermanos entre nosotros aún sigan publicando literatura. Según mi observación, en dichos libros no hay nueva luz ni suministro de vida. Quizá contengan algunas doctrinas bíblicas, pero es evidente que los asuntos que contienen vida y luz han sido tomados de las publicaciones de Living Stream Ministry. Prácticamente todos aquellos asuntos que contienen luz y vida, ya han sido abordados en nuestras publicaciones. Puesto que éste es el caso, ¿qué necesidad habría para que tales hermanos publicaran su propia literatura? No me es fácil hablar de esto, puesto que todas las publicaciones son mías. Pero me veo obligado a decirles la verdad. Al imprimir sus propias publicaciones, ustedes desperdician su tiempo y su dinero. Desperdician el dinero ofrendado por los santos, y también les hacen perder el tiempo cuando ellos leen lo que ustedes publican. ¿Dónde se halla el alimento, el suministro de vida y la verdadera iluminación en esas otras publicaciones que circulan entre nosotros? Puedo asegurarles, en cambio, que en cada uno de los libros publicados por Living Stream Ministry hay por lo menos una revelación crucial.

Yo sentí la carga de publicar los mensajes del Estudio-vida para resaltar el asunto de la vida, ya que éste ha sido descuidado, ignorado, e incluso se ha perdido por completo en el cristianismo de hoy. En la mayoría de los comentarios y libros expositivos no hay mucha vida. Incluso la palabra estudio-vida es un término nuevo. Yo lo he venido usando por treinta y dos años. En 1954 y 1955 terminé en Taipei un estudio-vida que abarcaba toda la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis.

Ello no significa que yo sea una persona muy capaz o un erudito. Todo depende de si nuestro Señor, en Su soberanía, le ha dado o no a usted esta porción. Aunque yo escribí algunos libros en China, nunca me atreví a publicar nada por mi propia cuenta. No me gusta dar otro sonido de trompeta. Entre nosotros solamente debiera escucharse un solo sonido de trompeta; es por eso que debemos restringirnos a una sola obra de publicación. La intención que tenía al convocar una conferencia para todos aquellos que pueden escribir, era animarles a que escribieran algo, pero no de la manera en que se ha venido publicando. Esta comunión nos guardará y protegerá de proceder de manera descuidada y sin restricción alguna.

Si ciertas localidades hubiesen hecho las cosas de una manera apropiada, conforme al recobro, usando todos los materiales del ministerio, habrían experimentado un alto índice de crecimiento. Pero algunos están malgastando su tiempo escribiendo y publicando su propio material. Ésta no es la porción que les corresponde. Quisiera que ésta fuera la porción de muchos hermanos y que ellos tuvieran las riquezas de la verdad. Esto sería espléndido y maravilloso, pero, en vez de ello, tenemos un problema hoy. Por tanto, les aconsejo que den solución a este asunto. Tienen que prevalecer sobre la disensión y no permitir que ella los consuma.

Espero que esta comunión sea de alguna ayuda para todas las iglesias. Sigan estos principios, presenten esto al Señor en oración y consideren cuál es la verdadera situación en su localidad. Entonces ustedes podrán hacer los cambios que sean necesarios con relación al cuerpo de ancianos. (Elder’s Training, Book 8: The Life-pulse of the Lord’s Present Move [Entrenamiento para ancianos, libro 8: El pulso vital del mover actual del Señor], págs. 161-164, Witness Lee)

CUMPLIR LA COMISIÓN
QUE EL SEÑOR HA HECHO A SU RECOBRO

La comisión que el Señor nos ha dado es Su recobro, y Su recobro hoy es el recobro de Cristo como vida y de la iglesia como nuestro vivir, es decir, que sea recobrado el disfrute que tenemos de Cristo como nuestro todo y, además, todos los aspectos significativos de la vida de iglesia con el propósito de no solamente predicar el evangelio sino también propagar la verdad. Creo firmemente que ésta es la única razón por la cual el Señor nos ha confiado casi todas las verdades a nosotros, de entre todo el cristianismo de hoy. Él nos ha dado Sus verdades para que nosotros las propaguemos, no solamente entre los cristianos, sino también entre los incrédulos. Toda la tierra está en tinieblas. Todo ser humano en la tierra necesita escuchar las verdades; sin embargo, la propagación de las verdades preciosas que hemos recibido ha sido seriamente limitada. Hemos escuchado numerosos testimonios de cómo las personas han sido atraídas y cautivadas por las notas de la Versión Recobro, pero ¿quién de nosotros tiene la carga de salir y propagar estas verdades?

Algunos hermanos de entre nosotros no presentan estas verdades cuando enseñan y predican. Simplemente enseñan y predican lo que les parece mejor, y no se dan cuenta de cuán pobres son sus mensajes. Algunos hermanos entre nosotros continuamente publican literatura. Yo fui sincero con ellos y les dije que no encontraba luz ni nada nuevo en lo que ellos habían publicado. Los asuntos que se abordan en nuestras publicaciones están llenos de vida y luz, pero estos hermanos no están dispuestos a presentarlos de la misma manera. No logro entender por qué ellos cambian los mensajes que publicamos para presentar algo que se acomoda a su propio estilo y manera de hacer las cosas. En nada de lo que ellos publican se encuentran nuevos asuntos que contengan vida o luz; antes bien, cualquier asunto que tenga vida o luz, lo han tomado de este ministerio. He observado que ésta ha sido la situación entre nosotros por muchos años. Yo quisiera que entre nosotros el Señor levantara algunos hermanos más jóvenes para que hablaran algo nuevo. Si viera esto, alabaría al Señor. Sin embargo, en lugar de ello, he visto a algunos edificar algo para sí mismos.

El Señor nos ha encomendado Su recobro, y Él ciertamente nos ha abierto el Nuevo Testamento y nos ha revelado muchas verdades muy preciosas y valiosas. Lo que el Señor necesita es que millares de Sus santos le amen, le vivan y no les importe nada más que Su recobro y seguir un solo camino. De este modo, aunque los santos sean de Brasil, Australia, Nueva Zelanda, Taiwán, Inglaterra, Tailandia, Indonesia o Estados Unidos, todos llevaremos la misma carga, seguiremos el mismo camino y propagaremos las mismas verdades. Impartiremos las verdades corporificadas en la “barra de oro”, la Versión Recobro. ¡No tenemos otra mercancía que ofrecer! Si somos así, ¡conquistaremos toda la tierra!

Me parte el corazón ver que algunos hayan adoptado la práctica de tener otro ministerio, usando el material del ministerio. Todos debiéramos orar: “Señor, rescátame de la ambición de ser alguien en el recobro”. Simplemente deberíamos procurar conocer las verdades de la economía neotestamentaria de Dios. El único camino que seguimos es el camino de la unanimidad, la oración, el Espíritu y la Palabra. Creo firmemente que esto es lo que el Señor busca y lo que todos anhelamos en lo profundo de nuestro ser. Si hacemos esto, todos se sentirán muy contentos.

Cuando salimos, no debiéramos ir en disensión ni con ambiciones personales. Si usted sale con la ambición de llegar a ser alguien importante y yo salgo con la ambición de tener un ministerio muy reconocido, no tendremos futuro. En ese caso, el Señor tendrá que ir en busca de otros. Por tanto, todos tenemos que salir de la misma manera, como un solo ejército. Sólo así tendremos la moral en alto y causaremos impacto en nuestro medio.

En realidad no tenemos que hacer mucho. Simplemente tenemos que salir con un corazón puro, sin reservar nada para nosotros mismos, poniendo todo a disposición del Señor. Simplemente salgan con todas las verdades y con la Versión Recobro para leérsela a las personas. Les aseguro que cada semana ganarán una persona. No necesitan predicar sus propias enseñanzas ni su propia doctrina con su propia terminología. Es preciso que veamos lo que es el recobro del Señor. Al recobro del Señor se le ha encomendado la gran tarea de propagar las verdades. Él nos ha dado las verdades que ahora tenemos en nuestras manos. Pero tenemos que ser fieles, puros de corazón, aquellos que no tienen el deseo de vivir para sí mismos sino para Él, y que salen a propagar las verdades contenidas en la “barra de oro”. No es necesario que ustedes prediquen o enseñen a su manera. Simplemente abran la Versión Recobro y lean algunas de las notas a los que tengan más hambre.

En realidad, no me interesa tanto el incremento numérico. Lo que más me interesa es propagar las verdades para que éstas puedan entrar en los corazones de los más necesitados. Si propagamos las verdades, seremos aquellos siervos fieles que dan el alimento al debido tiempo al pueblo del Señor (Mt. 24:45). De este modo, cumpliremos la comisión que el Señor ha dado a Su recobro. No tengo otro interés ni preocupación en mi corazón. Aun estaría dispuesto a morir por esto. Yo les dije a los hermanos del Lejano Oriente que no me detendría hasta que todo mi ser se gastara por completo por este ministerio. Espero que todos ustedes puedan decir lo mismo.

Si el Señor ganara a diez mil santos en Estados Unidos que se dedicaran a servir de tiempo completo con una sola clase de enseñanza, una sola clase de predicación, una sola clase de material, una sola clase de publicaciones, un solo camino y todo lo demás de una sola clase, ¡esto ciertamente haría que tuviéramos la moral en alto! Lo más sabio es que todos optemos por el camino de servir a tiempo completo y que todos hablemos una misma cosa, pensemos lo mismo, presentemos lo mismo y enseñemos lo mismo, con la misma esencia, apariencia y expresión. Sólo así tendremos la moral en alto, causaremos impacto en nuestro medio y derrotaremos al enemigo. ¡Esto es lo que el Señor necesita! (Elder’s Training, Book 8: The Life-pulse of the Lord’s Present Move [Entrenamiento para ancianos, libro 8: El pulso vital del mover actual del Señor], págs. 123-127, Witness Lee)

EL MINISTERIO Y LAS IGLESIAS

La autenticidad de una iglesia local no está determinada por si recibe o no este ministerio. El título de este mensaje no es: “Al hacer sonar la trompeta en el recobro del Señor, ella no debe dar un sonido incierto”, sino que el título es: “Al hacer sonar la trompeta en el ministerio del Señor...”. Así pues, no estoy hablando del recobro del Señor, sino específicamente del ministerio del Señor. Los ciudadanos de los Estados Unidos tienen plena libertad para criticar al gobierno y al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Pero cuando uno de ellos se enrola en el ejército y se convierte en un soldado, pierde el derecho a dar su opinión. En el Senado, ciertamente allí es posible argüir, debatir e, incluso, pelear; pero si un senador se hace soldado, deberá callar sus propias opiniones. En el ejército, al hacer sonar la trompeta, ella no puede dar un sonido incierto. El ministerio no es semejante al Senado. Asimismo, el ministerio no es un Congreso en el que todos tienen libertad para expresar sus opiniones. No hay cabida para ello en el ministerio; más bien, el ministerio debe estar plenamente imbuido de un espíritu combativo. Yo no controlo iglesia alguna. Todos los santos que han dejado las denominaciones, las divisiones, y han tomado como base el terreno apropiado, el de la localidad, constituyen la iglesia local en sus respectivas localidades; en tal condición, ellos ciertamente pueden expresar con toda libertad sus propias opiniones, pero es posible que no estén vinculados a este ministerio.

Pablo dijo que todos los que estaban en Asia le volvieron la espalda (2 Ti. 1:15). Los creyentes en Asia que anteriormente habían recibido el ministerio del apóstol, ahora lo habían abandonado. No dejaron de ser iglesias locales por el hecho de haber abandonado el ministerio de Pablo, pero para pelear la batalla, el ministerio de Pablo no podía depender de ellos. En cuanto a llevar adelante el ministerio de Pablo, no se podía contar con ellos. El hecho de decir que el ministerio no puede contar con cierta iglesia no significa que esa iglesia haya dejado de ser una iglesia local. Ella sigue siendo una iglesia local, pero tenemos que comprender que el ministerio es una entidad involucrada en una guerra y, como tal, no puede dar cabida a opiniones personales ni puede perder el tiempo con ellas.

Yo soy muy serio en lo referido a los intereses del Señor. He sacrificado mi vida entera por el ministerio del Señor y lo he dejado todo para tomar el camino del recobro del Señor. Ahora, tengo que ser fiel a mí mismo. Además, mediante mi ministerio alrededor del mundo, miles de santos se han integrado al recobro del Señor, así que debo ser fiel a ellos. Muchos de ellos han renunciado a tener profesiones prestigiosas a fin de seguir al Señor en Su recobro, pero tal parece que se sienten decepcionados con aquello a lo cual se han unido; esto me preocupa sobremanera. Algunos de los santos han llegado a ser lo que son en el Señor en un cien por cien a causa de mi ministerio, y no quiero que mi ministerio haga que ellos desperdicien sus días. Tengo que hacer algo a fin de salvaguardar la inversión que ellos han hecho al entregar todo su ser al recobro del Señor. Ellos han renunciado a un futuro promisorio en el mundo, pero ahora no pueden sentirse muy alentados por lo que encuentran en el recobro del Señor. Tengo que ser fiel al Señor, fiel a tantos de ustedes que han sido grandemente influenciados por este ministerio e, incluso, tengo que ser fiel a mí mismo. Por esta razón, este ministerio no puede permitir que algunos pretendan estar en él y, aun así, enseñen algo diferente. No estoy pidiéndoles, en manera alguna, que abandonen su iglesia local, ni tampoco quiero decir que su iglesia local no sea más una iglesia local; más bien, estoy procurando tener comunión con ustedes sobre el impacto que ejerce este ministerio en la lucha que sostiene por los intereses del Señor en Su recobro.

Todo cuanto digo sobre las reuniones de hogar, sobre los que sirven a tiempo completo, sobre las lecciones de las verdades bíblicas y sobre la difusión del evangelio, no está dirigido a aquellos que tienen dudas con respecto a mi ministerio, a aquellos que están en desacuerdo y disienten con mi ministerio, ni tampoco a quienes pretenden estar bajo el ministerio pero en realidad no se sujetan a él. Yo sigo amando a todos los queridos santos que pertenecen a esta categoría y ciertamente los considero como mis hermanos en Cristo, pero es menester que tengamos un ejército que cause pleno impacto, y este ejército no puede perder el tiempo tolerando que cualquiera exprese cualquier clase de opinión ni tampoco puede dar cabida a ello. Estamos enfrascados en una guerra. El ejército ya comenzó a combatir esta batalla en Taiwán. Ahora, queremos ver que este ejército sea incrementado a fin de combatir no solamente en los Estados Unidos, sino también en Canadá, en Centroamérica, en Suramérica, en Europa, en Oceanía y en todo el continente asiático. Esto es lo que anhelo ver. No estoy hablando sobre las iglesias; estoy hablando acerca del ministerio. El ministerio es una cosa, y las iglesias son otra. Podemos ver estas dos entidades distintas en las epístolas escritas por Pablo. El ministerio de Pablo pertenece a una categoría, mientras que las iglesias pertenecen a otra. Pablo jamás procuró obligar a todas las iglesias a seguirlo a él en su ministerio, pero Pablo ciertamente tenía un ministerio para las iglesias. (Elders’ Training, Book 7: One Accord for the Lord’s Move [Entrenamiento para ancianos, libro 7: La unanimidad requerida para el mover del Señor], págs. 74-76, Witness Lee)


Traducido del inglés
Título original: Publication Work in the Lord’s Recovery
(Spanish Translation)