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Editorial de Watchman Nee y Witness Lee

Principios rectores para usar los himnos: “Hablando unos a otros con salmos, con himnos y cánticos espirituales”

En un artículo anterior consideramos algunos principios rectores para usar los himnos en la reunión de la mesa del Señor. En este artículo consideraremos el principio rector de usar himnos para hablarnos unos a otros, especialmente en entornos más pequeños tales como las reuniones de hogar y las reuniones de grupo. Aunque ciertamente estamos conscientes de que los himnos en nuestro himnario sirven para que los cantemos, quizás no estemos tan conscientes de que estos himnos no solamente sirven para cantarlos sino también para hablarlos, y quizás nos sorprenda saber que hablar himnos unos a otros es aún más importante que cantar los himnos.

“Hablando unos a otros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones”—Ef. 5:19

“La palabra de Cristo more ricamente en vosotros en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos unos a otros con salmos e himnos y cánticos espirituales…”—Col. 3:16

Aunque podríamos pensar que los himnos sirven principalmente para que los cantemos, tal concepto es demasiado estrecho si lo vemos a la luz de la Palabra de Dios. Efesios 5:19 y Colosenses 3:16 (entre otros versículos) revelan que los himnos son muy versátiles; no sólo sirven para que los cantemos, sino también para que los hablemos. Esto indica que los himnos sirven un mayor propósito en la vida de iglesia que el formulado por nuestro pensamiento natural. En un mensaje dado en 1968, el hermano Lee relata su comprensión respecto a hablarnos los himnos unos a otros con base en una reciente lectura de Efesios 5:19:

Anteriormente, al leer este versículo, prestábamos atención únicamente a la frase cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones, y desatendíamos la frase hablando unos a otros. Siempre que se mencionan salmos, himnos y cánticos espirituales solemos pensar que los tales son para cantar, no para ser hablados. Pero este versículo nos dice que los salmos, himnos y cánticos espirituales no solamente son para que los cantemos, sino también para que los hablemos. Además, hablar es mencionado primero, y después cantar. Hemos estudiado Efesios muchas veces en el pasado, pero jamás habíamos visto el tema de hablarnos unos a otros. Esta vez, en Su misericordia, el Señor nos ha mostrado este asunto. (CWWL, 1968, t. 2, págs. 302-303)

En su compartir a finales de la década de 1980 con respecto a nuestra práctica de reunirnos en mutualidad según la manera ordenada por Dios, el hermano Lee recalcó reiteradamente la importancia de hablarnos los himnos unos a otros, especialmente en las reuniones pequeñas de la iglesia, tales como las reuniones de hogar y las reuniones de grupo. Tales reuniones proveen “el mejor escenario para practicar la mutualidad”; así que, éstas son especialmente propicias para que nos hablemos mutuamente los himnos (CWWL, 1988, t. 1, “The Proper Way for Believers to Meet and Serve [Las obras recopiladas de Witness Lee, 1988, “La manera apropiada para que los creyentes se reúnan y sirvan”],” pág. 85). En un mensaje dado en 1986 sobre los principios básicos de las reuniones, el hermano Lee nos presenta su fuerte sentir de cuán crucial es hablarnos los himnos unos a otros:

Hablar es más significativo que cantar. Incluso leer no es tan significativo como hablar. La práctica de hablar los himnos ha sido prácticamente aniquilada, anulada, en la práctica cristiana de hoy. Tenemos que retomar la práctica revelada en la Palabra pura. Efesios 5:19 nos habla de declarar la letra de un himno los unos a los otros. Conforme al principio rector de mutualidad, yo le hablo a usted y usted tiene que responderme. Esto reviste gran significado. La primera vez que propuse que nos habláramos los himnos fue en Yakarta, Indonesia, en 1968. Aquélla fue una maravillosa manera de experimentar Efesios 5:19. El ingrediente principal de nuestras reuniones no es cantar, sino hablar. (Entrenamiento para ancianos, libro 8, El pulso vital del mover actual del Señor, pág. 13)

De igual manera, en un mensaje dado en 1988 el hermano Lee señaló que “cantar los himnos no es tan importante como declararlos. Hemos descubierto que según la Palabra y según nuestra propia experiencia, declarar un himno es mucho más importante y provechoso que cantarlo” (Hablar Cristo para la edificación del Cuerpo de Cristo, pág. 53).

En otro mensaje dado en el mismo año, el hermano Lee reitera la importancia de hablar los himnos y explica por qué hablarnos unos a otros con las palabras de los himnos puede ser tan poderoso:

Los himnos no sirven principalmente para que los cantemos, sino para que los hablemos unos a otros. Efesios 5:19 dice: “Hablando unos a otros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones”. Colosenses 3:16 dice: “Enseñándoos y exhortándoos unos a otros con salmos e himnos y cánticos espirituales”. Exhortarse unos a otros con himnos y cánticos espirituales es muy poderoso. Las palabras que las personas usan al hablar generalmente no son tan refinadas como las palabras en un himno. Los salmos eran usados a menudo en la vida de iglesia primitiva. Cuando los cristianos se reunían, alguien podría escoger un salmo, no para cantarlo, sino para hablarlo unos a otros y para enseñarse unos a otros. Además de los salmos, los cristianos usaban muchas máximas de los Proverbios para exhortarse unos a otros. Todas las palabras en los himnos, los cánticos espirituales y las máximas eran expresiones refinadas, no ordinarias.

El hermano Lee continúa:

Incluso las palabras en los himnos escritos entre nosotros no son ordinarias, sino refinadas. Cuando compusimos los himnos, siempre tuvimos mucha consideración y siempre hicimos numerosas revisiones. Ciertos himnos fueron revisados de cuarenta a cincuenta veces. Por tanto, las palabras usadas en los himnos son muy significativas. Según la revelación del Nuevo Testamento, los himnos y los cánticos espirituales sirven primero para hablarlos y luego para cantarlos. El impacto de hablar los himnos es mayor que el de cantar los himnos, y esto es más poderoso que exhortar a las personas con palabras comunes. (CWWL, 1988, t. 3, pág. 36)

Así como todos ciertamente podemos testificar, nuestro himnario es un verdadero depósito de himnos que son ricos tanto en la verdad como refinados en expresión. Estos himnos no sólo nos comunican la verdad, sino que también nos suministran expresiones refinadas y poéticas de esa verdad. Himnos, #387, “Oh Cristo, mi buen Salvador” viene a la memoria. Este himno —el cual fue pulido y modificado por el hermano Lee casi cien veces— nos suministra amplias expresiones poéticas (tales como “Dios mezclado con humanidad / Vive en mí, mi todo es Él”) que podemos usar al hablarnos unos a otros (Hablar Cristo para la edificación del Cuerpo de Cristo, págs. 89-90). Al incorporar los himnos cuando nos hablamos unos a otros, podemos hablar no con palabras comunes, sino con palabras refinadas, palabras ricas en la verdad y poéticas en expresión. Esto elevará el impacto y el poder de nuestro hablar para animarnos y edificarnos mutuamente en la vida de iglesia.

En el libro The Divine Speaking [El hablar divino], el hermano Lee da el siguiente ejemplo de cómo podemos usar los himnos para enriquecer nuestro hablar en las reuniones:

Cada himno, especialmente aquellos escritos por nosotros, es un buen mensaje lleno de las riquezas de Cristo. Por ejemplo, Himnos, #387 describe cómo Cristo era el Dios infinito en la eternidad quien, como expresión radiante de Dios, llegó a ser un hombre finito, limitado en el tiempo. Él, como expresión misma de Dios, murió por nosotros para efectuar la redención en Su carne. Luego, Él llegó a ser el Espíritu vivificante para ser uno con nosotros. Debemos aprender a hablar Cristo con los himnos. Creo que estos himnarios son buenos para usarlos en nuestras reuniones de hogar. En cada reunión deberíamos usar un himno de una manera viviente. (CWWL, 1985, t. 3, pág. 287)

Así como lo ilustra este ejemplo, los himnos en nuestro himnario nos proveen muchos buenos mensajes “llenos de las riquezas de Cristo” que podemos usar “de una manera viviente” al hablarnos unos a otros en las reuniones de hogar, en las reuniones de grupo y en otras reuniones de la iglesia. Que el Señor nos introduzca más y más en esta práctica orgánica de hablarnos “unos a otros con salmos, con himnos y cánticos espirituales”.


(Traducido de Having This Ministry…[Teniendo nosotros este ministerio…], Principles for Using the Hymns: “Speaking to one another in psalms and hymns and spiritual songs”, octubre 2023, núm. 25)